“Puestos los ojos en Jesús, el autor y 
consumador de la fe”
Hebreos 12:2

¿Quién no recordará aquel momento cuando Pedro caminó sobre las aguas mientras miraba al Señor? A veces pareciera que solo nos acordamos de Pedro hundiéndose entre las olas.
Que gran lección! El desviar nuestra mirada a otro lugar que no sea Cristo, nos significa instantáneamente el descenso o hundimiento. 
Cuan frecuentemente nos ocurre esto dentro de la iglesia. Nuestros ojos están puestos en los hermanos, como que quisiéramos ver en ellos perfección e impecabilidad. Formamos paradigmas o arquetipos de creyentes perfectos, idealizados y ejemplares. Creemos que no hay error en ellos aún sabiendo que no es así. Claro, y una vez que descubrimos nuestros propios errores y desnudez, recapacitamos y retornamos nuestra mirada al Único que no defrauda ni desilusiona; a Cristo nuestro Señor y Salvador.
No en vano Jeremías decía que era maldito el varón que pone su confianza en el hombre (Jeremías 17:5)
Si ponemos “la Lupa” en nosotros, solo descubriremos imperfección y desnudez, pero si la situamos en Cristo, solo veremos perfección y plenitud. 
Amados, corramos el resto de carrera que nos queda puestos los ojos en Jesús, porque él nunca nos defraudará.

POR QUIÉN MURIÓ JESUCRISTO?


¿Por Quién Murió Cristo?
“¿Qué dice la Escritura?”
(Romanos 4:3)




“Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad. Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo” (1 Timoteo 2:3-6).

“Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos” (Hebreos 2:9).

“Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo” (1 Juan 2:2).


La Biblia dice que…


ÉL murió por TODOS (1 Timoteo 2:6).
ÉL murió por TODOS LOS HOMBRES (Rom.5:18; 1 Timoteo 4:10).
ÉL murió por TODOS NOSOTROS (Isaías 53:6).
ÉL murió por los IMPÍOS (Romanos 5:6).
ÉL murió por los que NIEGAN AL SEÑOR (2 Pedro 2:1).
ÉL murió por los PECADORES (Romanos 5:8).
ÉL murió por TODOS (Hebreos 2:9).
ÉL murió por MUCHOS (Mateo 20:28).
ÉL murió por el MUNDO (Juan 6:33, 51; Juan 1:29 y Juan 3:16).
ÉL murió por TODO EL MUNDO (1 Juan 2:2).
ÉL murió por la TODA NACIÓN de Israel (Juan 11:50-51).
ÉL murió por la IGLESIA (Efesios 5:25).
ÉL murió por Sus OVEJAS (Juan 10:11).
ÉL murió por  (Gálatas 2:20).


Las Escrituras enseñan que el sacrificio del Cordero de Dios incluyó el pecado del mundo (Juan 1:29) y que la obra de redención (1 Timoteo 2:6; 2 Pedro 2:1), reconciliación (2 Corintios 5:19), y propiciación (1 Juan 2:2) del Salvador fue efectuada a favor de toda la humanidad (1 Timoteo 4:10a). Sin embargo, la obra de Cristo en la cruz es eficaz, válida y beneficiosa solamente para los que creen EN éL Y HAN NACIDO DE NUEVO (REGENERACIÓN) (1 Timoteo 4:10b; Juan 3:16). Para decirlo de otro modo, Cristo murió una muerte sustitutiva e hizo un pago por los pecados que fue SUFICIENTE para todos los hombres, pero que es EFICIENTE solo para los que creen en Él y han nacido de nuevo (regeneración).
NO FUE LA MUERTE DE CRISTO "LIMITADA"..... NO FUE LIMITADA SU EXPIACIÓN ..... NO ES LIMITADA LA SANGRE PODEROSA DE JESÚS ..... NO ES "LIMITADA" SU REDENCIÓN .... NO ES LIMITADA SU SALVACIÓN....
"el Señor ... sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento." (2 Pedro 3:9) Dios les siga bendiciendo....!!!